dijous, 29 de setembre del 2011

Caminos


Equivocados están los que ven un único camino; un único andar. Somos caminos plurales: autopistas cargadas de camiones, carreteras de montaña recorridas por motoristas zigzagueantes, vías urbanas atascadas de conductores malhumorados. Y somos, también, senderos milenarios imborrados, a pesar del compás de pezuñas y piolets.

Caminos recorridos, caminos recurrentes, caminos concurridos. Infinidad de caminos por recorrer: largos o cortos, polvorientos o embarrados, soleados o sombreados. Caminos que se dividen, que se cruzan, que se extinguen inesperadamente.

Caminos para correr y para saltar. Caminos para arrastrar los pies: ahora uno, ahora el otro. Caminos andados hacia atrás; a la pata coja; a cuatro patas. Caminos para reptar y morder el polvo. Caminos que nos recorren y nos parten en dos. Caminos que nos dejan sin aliento y los dedos sangrientos.

Agotados y hastiados nos detenemos. Husmeamos el aire y dejamos que los labios cuarteados nos guíen hacia el agua. Reprendemos la marcha.

Caminos errantes, ¿a dónde nos lleváis? No hay destinos; tan solo caminos.

dijous, 1 de setembre del 2011

Blood-red

From these ice walls the fire of fury fled.
Expanding from the heart to my cold feet;
Extending from the soul to my red head.
Such lively redness into deadly bleed.

A neuter bosom breathing heavily,  
ten cherry toes sticking into the ground
and chiseled teeth biting air sterilely.
It seems voiceless cries abound all around.

Hollow and barren, beginning to wilt.
I’ll live on stolen lives; I’ll make them mine.
Sewing the patches, crafting a quilt,  
turning my life into a Frankenstein.

I’ll be the monster you all want to see.
But the truth is: the real monster ain’t me.