dimarts, 20 de desembre del 2011

El infinito en nuestros ojos

To see a world in a grain of sand,
And a heaven in a wild flower,
Hold infinity in the palm of your hand, 
And eternity in an hour.
William Blake, «Auguries of Innocence»
 
Yo hablaba de futuros;
tú hablabas de presentes.
Vivíamos en dimensiones temporales divergentes.
Hablábamos idiomas distintos.

Pecamos de impaciencia el uno y de paciencia la otra.
Chocábamos, colisionábamos.
Mi dijiste: «No hay futuro sin presente».
Te repliqué: «Sin presente no hay nada».

Yo hablaba de presentes; tú, de futuros.
Éramos las dos caras de una misma moneda
pero nos creíamos muy diferentes.

Unidos por la atemporalidad de nuestra mirada
el tiempo, en suspensión, flotaba a nuestro alrededor.
Tiempo fundido, descompuesto.

El infinito estaba en nuestros ojos. 


dijous, 1 de desembre del 2011

El que queda al tinter


Quina llàstima saber que mai escriurem tot el que podem escriure, que mai caminarem tot el que podem caminar. Som els pensaments que atrapem i posem per escrit, més tots els altres que es queden al tinter. Som els fets però, sobretot, som les intencions. Som tot el que som en cada instant.

Totes les paraules no pronunciades, totes les mirades no creuades, tots els somriures estroncats, totes les carícies castrades, tots els petons avortats. I tots els cops de puny materialitzats en taules imaginàries. Els «m’has fet mal», els «perdona’m», els «ho sento», els «t’estimo» inarticulats.

Quan vessi el tinter del cor hi haurà prou sang per escriure tota una vida, però mai hi haurà prou paper per registrar-la. 


Pèndols

Van i vénen. Se'n van... i tornen. Ara dreta, ara esquerra; i altre cop dreta. De l'empenta que agafen n'hi diuen «progrés», «anar cap endavant». Més tard es lamenten del moviment regressiu però, just quan sembla que arriben al límit, queden suspesos de tot moviment un instant per, tot seguit, agafar embranzida i canviar de direcció. Es mouen! No paren mai quiets: sempre endavant o endarrere, oscil·lant en el buit.

Si alcessin la mirada veurien el fil que els sostèn d'un punt fix. Suspesos; penjats. Immòbils. Il·lusos.

dilluns, 7 de novembre del 2011

Impossibilitats; improbabilitats

Unlikely Japan.
Not possible you;
Not likely me.

I need the love that takes me out of place.
I yearn for the love that puts me in my place;
in a place I call home.
Warm, cosy and sweet home.

Love: the great eraser.
Hope: the great dream builder.
This is not new to me,
I’ve understood this before, you see.

Fundamental question:
are you listening?
The wind keeps blowing.
Uncertain reply.

Come and take me away,
take me to nowhere land.
Or I’ll depart on my own
with no direction set.

But it seems
it’s impossible Germany
and unlikely Japan.

Even though I know
it’s impossible today
and unlikely tomorrow.


dimecres, 5 d’octubre del 2011

Analfabeta temporal

Parece que ya comprendo: soy un reloj. Un reloj de arena en medio de tantas máquinas de vapor, con sus humos y sus ruidos. Producción; consumo. Creación; destrucción. Todo este caos entrópico me apabulla. Mi espíritu no domesticado no entiende de innovación, evolución ni progreso.

Yo no sé qué es el tiempo aunque ―paradojas de la vida― mi oficio consiste en medirlo. ¿Es, tal vez, ese cosquilleo que noto en la cintura cuando mis granitos de arena se deslizan por su estrechez? ¿O quizá es ese ligero mareo que siento al darme la vuelta? Para mí todo es eterno. Nada se consume; nada se renueva. ¿En qué día vivimos? Ayer es hoy; mañana es hoy. Ahora. Todo se engloba en el instante presente.

Yo no soy lineal pero tampoco soy exactamente cíclica. Diría que soy... instantánea. Es el ya lo que me da vida, lo que conozco. No entiendo de pasados ni de futuros. Soy dueña de los instantes: dueña de su fugacidad aparente; dueña de su eternidad velada. Vamos, una analfabeta temporal de naturaleza primitiva.

Dame el ¡ya!, el ¡ahora! Y nada más. Que de lo otro no comprendo, ni quiero comprender.

dijous, 29 de setembre del 2011

Caminos


Equivocados están los que ven un único camino; un único andar. Somos caminos plurales: autopistas cargadas de camiones, carreteras de montaña recorridas por motoristas zigzagueantes, vías urbanas atascadas de conductores malhumorados. Y somos, también, senderos milenarios imborrados, a pesar del compás de pezuñas y piolets.

Caminos recorridos, caminos recurrentes, caminos concurridos. Infinidad de caminos por recorrer: largos o cortos, polvorientos o embarrados, soleados o sombreados. Caminos que se dividen, que se cruzan, que se extinguen inesperadamente.

Caminos para correr y para saltar. Caminos para arrastrar los pies: ahora uno, ahora el otro. Caminos andados hacia atrás; a la pata coja; a cuatro patas. Caminos para reptar y morder el polvo. Caminos que nos recorren y nos parten en dos. Caminos que nos dejan sin aliento y los dedos sangrientos.

Agotados y hastiados nos detenemos. Husmeamos el aire y dejamos que los labios cuarteados nos guíen hacia el agua. Reprendemos la marcha.

Caminos errantes, ¿a dónde nos lleváis? No hay destinos; tan solo caminos.

dijous, 1 de setembre del 2011

Blood-red

From these ice walls the fire of fury fled.
Expanding from the heart to my cold feet;
Extending from the soul to my red head.
Such lively redness into deadly bleed.

A neuter bosom breathing heavily,  
ten cherry toes sticking into the ground
and chiseled teeth biting air sterilely.
It seems voiceless cries abound all around.

Hollow and barren, beginning to wilt.
I’ll live on stolen lives; I’ll make them mine.
Sewing the patches, crafting a quilt,  
turning my life into a Frankenstein.

I’ll be the monster you all want to see.
But the truth is: the real monster ain’t me. 


dissabte, 16 de juliol del 2011

dimecres, 13 de juliol del 2011

Agua de cántaro

Il pleure dans mon coeur
comme il pleut sur la ville.


A cántaros llovía ese viernes. Tanto, que parecía que el cielo también lloraba desconsoladamente. Los goterones caían y se deslizaban por los cristales como los nuestros se arrastraban por las mejillas, por el mentón, por el cuello. El ruido de fuera era la banda sonora a nuestro diálogo de sollozos; y cuando estos acallaban, la música exterior tomaba protagonismo, cual personaje secundario de película mala. 

La ciudad entera lloraba toda su pena mientras vaciábamos sendos cántaros del agua que, gota a gota, los había colmado. Dejábamos correr toda esa agua... ¡qué desperdicio! Pero ¿qué íbamos a hacer? Ese viernes tan solo podía caer un chaparrón. Y desde ese día no ha llovido igual.

Llovía y llorábamos. Plovia i ploràvem. I no hi podíem fer res, alma de cántaro.